Feliz hipocresía, primer mundo. Feliz celebración del consumismo desaforado en la fiesta cristiana por definición.
En estas fechas, hay que ser felices. Yo trataré de serlo, pero no estas fechas por imposición, sino como trato de serlo todo el año. Y una de las formas es, precisamente, tratando de que quien no tiene medios para ser feliz, pueda llevarlo algo mejor.
Convierte ese loable mensaje de paz, amor y solidaridad, que se supone que pregona la Iglesia, en una constante de tu vida, y sobre todo de la vida de quien lucha únicamente por sobrevivir con el estómago vacío.
Sabes los medios para hacerlo. Yo te propongo ahora un par de ideas, comprando en estas tiendas on-line:
Amnistía Internacional
Intermon Oxfam
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Y por otro lado, ¡lo que mola que nieve en Madrid! Los que somos de aquí no lo solemos ver muy a menudo...
Sí, que way la nieve mmm yupi yupi yupi.
ResponderEliminarLa Iglesia Católica, tras ver fracasados sus primeros intentos de conversión al cristianismo de los pueblos paganos, terminaron por colocar el nacimiento de Jesús el 25 de Diciembre, curiosamente cerca cerca cerca de la festividad de Yule, en la que el Niño-Dios Sol volvía a nacer del vientre de La Diosa y apartir de ese momento (solsticio invernal) las horas de luz Diurnas empezaban a aumentar poquito a poco.
Mire usted qué casualidad!