miércoles, 17 de septiembre de 2014

136. Heterosexualidad



Hoy, en la piscina, vi a una pareja tumbada en sus toallas tomando el sol mientras se cogían de la mano. Lo extraordinario es que eran de distinto sexo: un chico y una chica. A ver, espero que se me entienda, yo tolero a los heterosexuales, sé que existen y de hecho tengo algún amigo heterosexual. Soy muy tolerante. Es sólo que me chocó, lo atrevidos que eran cogiéndose de la mano.
Aunque, pasado un rato, decidieron darse un baño. Y se metieron a la piscina, ¡juntos! En el agua, se abrazaban y se besaban, ahí delante de todo el mundo. Que vuelvo a decir que no tengo problema con ellos, pero una cosa es que hagan esas cosas en la intimidad y otra ahí, en público, delante de todos. ¡Que había niños! Imagínate que trauma para ellos, verles besarse a su lado.
Es por eso que no veo del todo bien que una pareja heterosexual pueda criar a un hijo. Porque una cosa es que ellos en su intimidad puedan hacer lo que quieran y otra que puedan influir en un niño. Para empezar, criándose en un ambiente heterosexual, lo más probable es que se vuelva heterosexual. Y, además, estaría en riesgo, y no lo digo por heterofobia, lo dicen las estadísticas: la mayoría de los que abusan de los niños son varones heterosexuales.

En fin, que si uno elige ser hetero, pues me parece muy bien si es discreto. No veo el sentido a ir gritándolo a los cuatro vientos y reivindicarlo en el día del Orgullo Hetero. Aunque digo yo, ¿cómo pueden estar seguros de serlo si nunca han besado a alguien de su mismo sexo?

Ya digo que soy tolerante, pero hay cosas que me cuesta entender. Es decir, en una relación hetero, ¿cómo deciden los roles? Quiero decir, ¿hacen de dos tíos o de dos tías? Y bueno, luego está el hecho de que siempre están pensando en el sexo. No tengo problemas con las tías, pero sí que me siento incómodo en ocasiones en el metro, en un bar o por la calle, que parecen a punto de lanzarse encima de mí. Me siento bastante acosado. No sé, sólo pido un poco de respeto y que no me hagan sentirme incómodo.



[ ¿Absurdo? Ójala lo fuera en el otro sentido también ]