martes, 11 de agosto de 2015

149. No intentes entender esto...


[Otro texto rescatado de una época regularcilla de mi vida. Noviembre 2009]


No intentes entender esto...
Y sirva este domingo melancólico para poner un broche a una semana difícil, de las más difíciles de mi vida. Que ha servido para plantearme muchas cosas, para pensar en otras. Para darme cuenta de quién vale y de quién no. De quién esta, quién llama, quién se preocupa y quién no.

Y de pensar en mí mismo.

En mi pasado, en mi presente y en mi futuro. Futuro cercano, eso sí, que mirar más allá marea. Yo, yo, yo. Yo y el mundo, millones de vidas, millones de sentimientos distintos. Pasear junto a los Jardines de Sabatini, de noche, volviendo a casa y fijándose en todos y cada uno de aquellos con los que te cruzas. Increíble. Toda la vida que irradia cada uno. Todos esos sentimientos que guarda, y cómo algunos de ellos han tomado la delantera hoy y salen al exterior. Como mis lágrimas, de tristeza y melancolía, que conviven con mi sonrisa por estar vivo, estar viviendo. No, yo tampoco me entiendo. Pero estoy feliz de ello. Tengo muchos, muchos años aún para conocerme.

Y no voy a procurar alegrarme más por la felicidad creciente de los que me rodean. Porque sería falso. Claro que me alegro, pero me hace daño, y es un hecho que nunca podrá cambiar. Muchas patadas al estómago, muchas puñaladas al corazón en tan solo unos días. Mi corazón está cansado. Pero con eso voy a seguir, es absurdo y contraproducente intentar que no te afecte, o tratar de ser feliz. La felicidad viene sola, igual que se va. Es algo muy inconstante. Mejor asumirlo y saber llevar la alegría y la tristeza, convivir con tus sonrisas y tus lágrimas.

Me veo ahora de mayor, abrazado a mi vida pasada, y cómo estaré en una sociedad que no entiendo, con una juventud con valores distintos, y en definitiva un mundo que no me pertenece. Y sabré que mi hora habrá llegado y habrá que dejar todo este mundo y este legado a otros cuantos millones de personas.

Luchar tiene sentido cuando realmente puedes conseguir algo útil por la gente, o por ti mismo. Tratar de cambiar algo por el simple hecho de que no te gusta, te agota, en todos los sentidos, y te hace desviarte de tu principal camino: disfrutar la vida.

Me dan tanta, tanta pena aquellos sin personalidad, sin vida, sin interés. Hay tanto ahí, cerca, tanto por vivir. Bueno o malo. Y según el día uno será más abundante que otro.

No quiero follar. O sí.
No quiero amar.

O sí.
 

viernes, 7 de agosto de 2015

148. Hoy... una brecha


[ Rescato este texto que escribí en Agosto de 2009, uno de mis momentos bajos ]



Y... ¿has pensado en mí estos meses?
¿Te ha preocupado alguna vez el rumbo de mi vida?

Supongo que conoces los grandes titulares, igual que yo sé de ti. Sin profundizar en la noticia. Sin saber realmente el uno del otro.

Y... ¿me has echado de menos?
Lo supondrás, pero yo a ti sí, mucho. Y sabes que no de aquella forma, aquello que pasó, que finalizó y que no resurgirá porque se fundió y perdió su forma.

Echo de menos esas risas cómplices, ese llegar donde nadie llega. Esa forma increíble de saber sin palabras algo que nadie más puede intuir.

Esas llamadas en la distancia, esa confianza ciega, esos secretos.

Esa parte que has sido, eres y serás en mi vida.

Quizá porque despertaste algo en mí que nadie más consiguió nunca, quizá porque contigo llegué a lo más alto, quizá porque... eres tú.

...quizá porque soy imbécil...

Por lo que sea, pero no puedo tolerar que desaparezcas de mi vida...



Aunque nunca llegues a leer esto.