martes, 25 de junio de 2013

121. Desprestigiar para alcanzar sus objetivos





Está estos días al rojo vivo el tema de Wert y las becas, que él considera como premios a la excelencia, cuando deberían ser oportunidades para que cualquier persona apta pueda estudiar, independientemente del nivel de renta familiar. Reduciendo las becas, o imponiendo distintas condiciones a los que optan a ella, volverá a premiar a los hijos de familias adineradas y estudiantes de universidades privadas, donde como todos sabemos el nivel de exigencia es considerablemente menor.

Esto ha provocado muchas reacciones, y entre ellas la que quiero tratar ahora: el desprestigio a los becados. No han tardado algunos columnistas y tertulianos afines al gobierno en "insinuar" que el dinero de las becas se gasta en vivir a cuerpo de rey durante todo el año pasando de estudiar, o pegarse viajes o hacerse operaciones. Una vez introducida la semilla, se expande ya por toda la red; todo el mundo conoce a alguien que ha hecho eso, o "aprovechados" del sistema. Por lo tanto, inferimos que esto es un cachondeo, y que las becas son un gasto inútil, o que deberían llevar más control. Desprestigian las becas y ya tienen su objetivo, introducir la que quizá sea la política más de derechas, la discriminación clasista a la hora de acceder a la formación.

Esto se aplica en muchos campos. Desprestigiar a los agricultores que reciben ayudas públicas, o a los sindicatos. Hay gente que le echa morro, sin ninguna duda; "liberados" sindicales que se rascan los pies mientras el resto trabaja, o se van de copas con sus amigos abogados de la empresa. Pero, ¿de dónde vienen esas acusaciones? De la misma esfera siempre, de aquellos a los que les interesa desprestigiar a los sindicatos, introduciendo una semilla de discordia, que lleva a los propios obreros a atacar a los sindicatos. Y por unos cuantos vagos, piquetes o aprovechados, los sindicatos pierden fuerza y pensamos que no son necesarios. ¿Cómo crees que se han conseguido las jornadas de 8 horas, la integración de la mujer en el mundo laboral, los días de vacaciones, las indemnizaciones por despido, la protección frente al desempleo…? Mucho lloramos ahora cuando nos reducen de 45 a 20 días las indemnizaciones, o tenemos unos sueldos cada vez más bajos, o nos recortan por todos lados mientras miramos impotentes. Pero nada, ataquemos a los sindicatos y acabemos trabajando gratis y rogando un cuenco de arroz al final del día. No, no exagero; ahora estamos en unas condiciones impensables hace unos años.

Pero ya que la gente exige tanto que se controle el dinero que va a las becas, ¿hacemos lo mismo con los miles de millones que damos a los bancos? ¿Aseguramos que ese dinero va a créditos? ¿Auditamos igual el dinero destinado al ejército, a la Casa Real, a la Iglesia, al rescate de las autopistas, a lamerle el culo al señor Adelson? No, mejor sembrar la cizaña entre los propios curritos de a pie para que la gente vea incluso bien que se recorten las becas. Unos millones que les suponen una vida a los que quieren estudiar y no pueden porque tuvieron la mala de suerte de no ser "hijos de papá". Unos millones que son apenas el finiquito de un par de banqueros que, indirectamente, pagamos con nuestro "rescate".


jueves, 20 de junio de 2013

120. Aprovechar fruta madura


Para demostrar que en mi blog se habla de todo, y no sólo de política, hoy os presento un miniconsejo culinario.Si eres de los que, como yo, no les gusta mucho la fruta cuando ya está muy madura (un plátano blandurrio, ¡puaj!), algo muy sencillo que puede hacerse para no desaprovecharla es un batido exprés, de esta sencilla forma que sólo tomará unos minutos:

Necesitarás:
- La fruta blandurria, 2 o 3 piezas, por ejemplo plátano, manzana, pera o melocotón.
- Leche, a ojo y según gustos.
- Yogur natural, uno o dos dependiendo de la cantidad de fruta.
- Azúcar, un poquito (opcional).
- "El toque": canela en polvo o unas gotitas de aroma de vainilla (ojo, sin pasarse).
- Batidora o robot de cocina.

Y la preparación está al alcance del más torpe del lugar: se parte la fruta en trocitos y se meten todos los ingredientes en la batidora. Puedes ir probándolo (¡no con la batidora en marcha!) e ir añadiendo más cantidad de algún ingrediente si lo consideras necesario.
¡Tómatelo frío!

Así, en 10 minutillos, más la limpieza de la batidora, te has preparado un batido rico-rico, nutritivo, y has aprovechado esa fruta que ya no te ibas a tomar.

(¿A que no te esperabas esta entrada en mi blog?)