En el día de hoy, una votación interna en Equo Madrid ha
decidido que el partido concurrirá a las elecciones a la Comunidad de Madrid
integrado en las listas de Podemos. El 65% de los que han votado así lo ha decidido.
Mi voto ha ido para el NO, y aunque me he hartado en las
últimas 24 horas de explicar mis razones y mis miedos, trataré de reunir
fuerzas y resumirlo aquí.
La principal razón esgrimida para el SÍ es que, al estar
integrado en la lista de Podemos, donde están asegurados para Equo 2 puestos de
los 35 (cuyo orden aún está pendiente de "primarias", de las que
hablaré después), hay posibilidades de que al menos uno de los diputados
regionales que consiga Podemos será del partido "verde". Y que,
estando ya presente en las instituciones, se conseguirá visibilidad y
financiación, dos cosas vitales para la supervivencia del proyecto. Y comparan
este “pacto” con el obtenido con Compromís para las europeas, que permitirán a
Equo tener eurodiputado desde el año que viene.
Vamos con lo que me ha movido desde el principio a no
aceptar este acuerdo, pese a mi firme convicción de que los acuerdos por lo
general hacer fuertes a ambas partes.
A mí Podemos no me ha convencido desde un principio, ya lo
he contado muchas veces. Tiene muchas cosas positivas, y mucha gente muy
comprometida, pero excesivo populismo y mensaje vacío. Manejan como nadie los
tiempos y las formas (los de arriba son expertos teóricos de la política), pero
con esos mensajes directos y optimistas esconden una falta clara de programa en
muchos aspectos, improvisación y unas prácticas poco claras de supuesta
democracia interna: no es lo mismo primarias libres y abiertas que listas cerradas;
no es lo mismo una estructura organizativa clavada a los viejos partidos,
centrada en una persona, que la horizontalidad de una mesa paritaria.
Pero, en cualquier caso, se podrían hallar puntos de
acuerdo. Pero Podemos no lo ha querido así; ha optado por imponer sus modos y
maneras, en un “lo tomas o lo dejas” a Equo. Una actitud bastante diferente a
la mostrada hasta ahora por Equo con otros partidos.
En el ofrecimiento hecho a Equo se deja claro que el nombre
siempre será Podemos, tanto en lo que votará la gente como en la Asamblea de
Madrid; que los que se quieran apuntar lo harán en la plataforma de Podemos;
que los principios y códigos éticos serán los impuestos por Podemos;…
Todo ello basado en una propuesta concreta, cerrada y sin
posibilidad de diálogo.
Se comenta que Equo será más visible. No es así. A veces,
los que estamos más metidos en política pensamos que el resto del mundo
entiende todo esto como nosotros, que la gente está al tanto de lo hablado en
los foros y en Twitter. No. El día de las elecciones, en las que he sido
apoderado, he podido comprobar como la mayoría de la gente (exceptuando las
viejecitas que vienen de casa con el sobre del PP ya cerrado) no tiene claro su
voto aún en el colegio electoral, o no sabe muy bien qué papeletas se va a
encontrar. Eso lo supo muy bien Pablo Iglesias poniendo su foto en la papeleta.
A mí me preguntaban por “la papeleta esa del tipo ese”. Es decir, cuanto más
fácil se lo pongas a la gente, mejor. Muchísima gente de mi entorno no entiende
eso de Ahora Madrid, Convocatoria por Madrid, que Equo esté en Podemos, que Tania
Sánchez esté ahora aquí, luego allá y más tarde en otro lado. A Equo le está
costando mucho hacerse identidad y marca, y ahora la está perdiendo en pocos
días. Mucha gente de mi entorno votaría a Equo, pero ahora no sabe si se presenta
siquiera o no. Y como ejemplo de su disolución en la nada, el hecho de que
tanto IU como el PSOE incluyeran en el pasado a gente “verde” en sus listas. ¿Alguien
les recuerda? ¿Han tenido repercusión?
Y mucha gente, tanto fuera como dentro de Equo, comparte lo
que he expresado antes: Equo le ilusiona, le gusta, le convence. Podemos, no.
Multitud de gente me ha comentado que se ha quedado huérfana políticamente. No
votarán a Podemos.
E internamente, más allá de la imagen, esto es la muerte de
las propuestas de Ecología Política. Podemos lo ve como algo accesorio, no como
el tronco de sus políticas. Podemos no apuesta por empleos verdes,
decrecimiento, desarrollo sostenible a largo plazo. Equo perderá lo que tiene
de Equo.
Y ante eso, muchos que apoyan el SÍ dicen que siempre hay
tiempo de salirse si no se nos permite ejercer nuestras políticas. Eso está muy
bien entre nosotros, pero de cara al electorado, ¿quién lo entenderá? ¿quién lo
verá? Equo se habrá diluido para entonces.
Además, esto ha hecho que unos aliados naturales, como son
Por Un Mundo Más Justo, partido modesto pero coherente, se haya separado de
nosotros. Ahora mismo, me siento más cerca de ellos, aunque no sean mi partido.
Y, volviendo a la forma de hacer de Podemos, tenemos por
delante un dedazo de la dirección disfrazado de primarias. Ya han designado a
los candidatos “oficiales” (de hecho hay informaciones hoy dándolo por hecho),
y lo revestirán de un proceso en el que se presentará esa lista oficial, pero
cualquiera puede modificar el orden. Seamos realistas, la gente dará un clic
para no molestarse más y saldrá elegida la lista “oficial”.
Como dije en mi anterior entrada, Equo está perdiendo su
identidad. Y votantes. Y afiliados. La candidatura conjunta tendrá muchos
votos, sí, pero la Ecología Política no. Las prisas han herido de muerte a
Equo.
Yo seguiré luchando por lo que creo, seguiré en Equo pese a
todo. Pero luchando desde dentro por hacer ver mi postura y mi proyecto. Pero
no me podrán pedir que vote a Podemos. Habrá que pensarlo.
Y a ver cómo explico a mi entorno qué defiendo en estas
elecciones y qué pueden votar si estaban en sintonía conmigo. No lo sé.
Estoy triste y desilusionado. Mi carácter optimista y
luchador me hará cambiar este estado de ánimo en unos días, eso sí ;)
Más info: hoja de ruta de Equo olvidada ya por muchos.
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