Y aunque fui yo quien decidió que ya no más... es imposible dejar atrás esas tardes, esas noches y esos amanaceres. Las barcas, las escapadas, las palomitas y los gummies. El arroz tres delicias con la ternera con patatas. Enya en bucle, una rosa en el parking del hospital o una caja de 12 regalos.
Mil cositas que guardo y con las que me quedo.
Y un gracias.
Todo acaba donde empezó:
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