lunes, 17 de diciembre de 2012

112. Portal





Ya es Navidad en mi casa. Mi madre, nada religiosa ella, pero sorprendentemente tradicional a veces, me ha insistido para que me lleve el Belén de su casa y lo ponga en la mía.

Así que he decidido ponerlo, adaptándolo a la nueva realidad, igual que la Iglesia actual se adapta a la realidad de la sociedad (¡RISAS!). Y es que, en la actualidad, esa pobre pareja, embarazados ellos por una paloma, no habrían podido permitirse ni siquiera un modesto establo, sin que las garras bancarias les echasen de ahí. Y estarían a la cabeza de las protestas, y de la revolución, y de la ayuda a los afectados con su mismo caso. La jerarquía eclesiástica actual prefiere movilizarse más activamente contra el aborto o el "demonio gay", pero bueno...

Al menos ellos sí entienden el espíritu navideño que, aunque no os lo creáis, no consiste en llegar a casa con miles de bolsas de El Corte Inglés, ni tirarse horas de cola a la salida de los centros comerciales de las afueras.

Ah, y un poco de solidaridad con la mula y el buey, a los que Benedicto XVI ha echado de su establo.


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