Vas a una terraza, y ¿qué tomas? Con tanta variedad, difícil elegir. ¿Variedad? El 90% (cifra totalmente inventada por mí) de las bebidas consumidas en los países más desarrollados se las reparten entre Coca-Cola y Pepsi (¡hasta el agua!), mientras sus jefazos quedan para jugar al golf.
En un hipermercado, abruma la cantidad de productos expuestos en los estantes, cuando ¡oh, sorpresa! casi todos los productos pertenecen a unos pocos grupos empresariales. Eso sí, inundan la televisión, las carteles publicitarios y los periódicos con agresiva e ingeniosa publicidad para dar esa imagen de sana competencia y seguir proporcionándote tu falsa sensación de libertad.
Bebes Coca-Cola, compras en Zara, limpias con Fairy y vistes con Nike; o eres "alternativo" y bebes Pepsi, compras en Springfield, limpias con Mistol y vistes con Adidas. Sí, eres muy libre, puedes elegir entre cientos de marcas. ¿Seguro? ¿Acaso crees que todas esas marcas compiten realmente entre sí?
Si tan diferentes somos, y tanto valoramos nuestra libertad de elección, ¿por qué criticamos y despreciamos al que realmente opta por una alternativa? Si alguien pasa de tener esos refrescos en casa y se hace su propia limonada, le llamamos rata. Pero si ese alguien compra ropa de comercio justo tres veces más cara que la que cosen niños de Bangladesh, le llamamos tonto. ¿Nos aclaramos?
Todo lo que se salga de la "norma", de lo que nos han vendido como "aceptable", es al momento criticado. Sí, libertad de elección, pero dentro de los parámetros que te marcamos.
Si eres tolerante, tienen que gustarte las fiestas del Orgullo LGTB. Traguemos todos, consumamos en los bares, compremos los artículos y adoremos a las marcas "gayfriendly", mientras el sistema capitalista se ríe manteniendo la rueda funcionando. ¿Ir al Orgullo Alternativo? ¿Tú qué eres, tonto? Nos tienen domesticados. Esas marcas que antes no se atrevían a poner publicidad en revistas gais como Zero ¿se han vuelto de repente tolerantes? No, es que ahora eso vende. Y es un gran negocio.
Consumamos, ya sean productos del súper o chorradas en Facebook. Llenemos nuestras horas con vídeos de "seguro que a ti también te ha pasado esto" o "gatos que se comportan como perros". El sistema no nos tiene que dar los productos de consumo. Ya los generamos nosotros mismos, creyéndonos libres. Pero ojo, no te pases y no utilices esa "libertad" contra los que tienen el poder, o tendremos que cortártela (la libertad).
Afortunadamente, no estamos en una dictadura unipersonal, no. Aquí son mucho más sutiles.
[Nota: toda crítica comienza con una autocrítica. Y yo soy el primero en caer en esto. Basta reconocerlo para empezar a cambiar las cosas].
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