domingo, 4 de septiembre de 2011

071. La mirada optimista


Me comenta un amigo que, viendo mis últimos posts y algunos tuits, parece que -exagerando un poco- estoy cerca del suicidio, por lo menos.

Esto, claro está, no es así aunque, revisando lo que escribo, sí que parezco últimamente influido por una ola de negatividad y pesimismo nada frecuente en mí.

Y, por ello, me veo obligado a hacer una reflexión optimista y darme cuenta de lo bien que está mi vida y de la ilusión con la que afronto ciertos aspectos de la misma a medio plazo.

Porque, más allá de datos objetivos, como mi casita nueva, mi curro -sobre todo mi nómina a fin de mes-, mi buen número de amigos, o el buen rollo con la familia, lo que más contento me hace estar con mi vida actual es cómo me hace sentir.

Por ejemplo, con noches como la de ayer, que sin tener ningún hecho destacado me hizo reírme, desconectar de la semana laboral, olvidarme del cansancio y hacerme saber que no estoy solo. Y también con días como hoy, sin visitas ni quedadas, pero siendo un día redondo de amo de casa, paseos con perro, series, gimnasio y lectura.

Y próximos eventos, como varios cumples de amigos o la megarreunión familiar del próximo sábado.

Vamos, que me gusta mi vida, y me gusta con quién la comparto. Cosas negativas hay, claro. Tienen que existir para valorar más aún los buenos momentos. Pero la diferencia está en la perspectiva con la que lo mires. Podemos ser negativos y llorar por todo lo malo, y encerrarnos en una espiral pesimista, o tomarlo como una parte más, inevitable pero mejorable, e ir mientras disfrutando de los yogures helados con trocitos de fruta que la vida nos pone delante.

2 comentarios:

  1. Siempre en positivo, giradín, siempre en positivo. Un abrazo telepático (que hace años que no nos vemos in real life (tm))

    BeSOS!

    ResponderEliminar
  2. Me alegro de que en realidad te vaya bien. Tienes mucha razón en que las cosas negativas son necesarias para valorar todo lo bueno. Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar