martes, 16 de agosto de 2011

069. Fin de vacaciones y Temporada Carlitos Otoño-Invierno 2011


Nota breve en mi blog, por aquello de tener algo escrito en Agosto, y una entrada a nivel personal, sin mucho interés pues para el resto de los mortales.

Se han terminado mis vacaciones, salvo unos 4 días sueltos que no sé cuándo caerán, y con un fuerte shock, pues paso del fresquito y tranquilidad del norte, a los 37ºC de Madrid, ciudad además tomada por los actos de la JMJ.

Y como siempre suele pasar al comenzar una nueva temporada, se hacen buenos propósitos. No los voy a destacar por aquí, pero sí que espero que vosotros, amables lectores anónimos, y en especial mis amigos, me deis fuerzas para arrancar y mejorar mi vida. ¿Estoy mal? No tengo ningún derecho a quejarme, técnicamente las cosas me van bien, pero entre golpes emocionales, cambios de rutina y demás, mi aparente fortaleza está bajo mínimos. Ya sé que soy débil, siempre lo he sido, y eso sale a relucir en determinados momentos. El tiempo que transcurre entre un hecho negativo, y el tragármelo para que pase al fondo de todo y quede como remanente de tristeza, es un tiempo en el que mi autoestima y fortaleza se tambalea.

Tomo medidas para que esto mejore, y lo conseguiré, por supuesto; estaré más alegre y volveré a mostrar esa bonita sonrisa que dicen que tengo.

Y no me despido sin agRadecer estas vacaciones a todos los que habéis sido pRotagonistas de ellas :)



miércoles, 3 de agosto de 2011

068. No podía dejar de hacerlo

"Las sombras son pasadizos hacia el mundo de la noche, del invierno, el país de los muertos", me dijo Jack. ¡Yo necesito ir a ver! Aunque me haga daño.

Ya a los catorce años, después de mi primera ruptura sentimental, no podía dejar de ir a montar en bicicleta por los alrededores de la casa de la chica que me había roto el corazón. Olfateaba el aire durante unos minutos y regresaba a casa tan triste como un yunque, con las piernas doloridas por haber ido en la bici contra el viento. Aquello no me ayudaba en nada, me ponía enfermo; sin embargo, no podía dejar de hacerlo. Hoy, el síntoma es el mismo, es preciso que vaya al país de los muertos.

Mathias Malzieu - La alargada sombra del amor