sábado, 6 de agosto de 2016

165. Extracto



Y estos días recuerdo cuando compartías conmigo esas chorradas por las redes sociales. Y cuando seguíamos escribiendo por el móvil minutos después de habernos despedido en tu portal. Recuerdo cómo te acordabas de mí en cualquier momento y me escribías, o compartías conmigo audios de temazos que sonaban y a ambos nos encantaban. Los paseos por la playa, las risas en el cine, los golpes a la raqueta. Todo eso se ha ido extinguiendo. No, nunca llegamos a nada, las circunstancias, la distancia, tus viajes, lo impedían. Pero la chispa siempre estuvo. Ahora lo dudo.

Es mejor; la distancia, tanto física como figurada, ha ayudado a que la llamita no provoque un incendio. Bueno, eso me dice el cerebro. Su tozudo vecino corazón se resiste a darse por vencido y manda señales a las tripas para que se revuelvan cuando algo me recuerda esos momentos.



Nota: Extraído de mis Textos Inconclusos. No es autobiográfico ;)



martes, 2 de agosto de 2016

164. Consejos de supervivencia para jóvenes sensibles


[Autor del texto: Marwan]


No te fíes de todos aquellos visionarios que te hablen de la vida sin caballos galopando en su mirada.

Ni escuches a quien no alce la vista de vez en cuando para mirarle las bragas a una estrella. No verás a ninguno de ellos llorando de emoción tras un orgasmo, o por una canasta sobre la bocina del eterno segundón. Sigue el ejemplo de los locos necesarios que se abrochan a la vida cuando quitan un botón, de los que encuentran a Dios al abrir tu cremallera.

Síguelos a ellos. A los que piensan que solo el amor puede hacer que lo imposible se vuelva a repetir. A los poetas que saben que quien tiene un lápiz lleva un paraíso en el bolsillo. Sigue solo a esos. A los que buscan la hermosura en la niebla de un poema. A aquellos que cuando tocan una piel comprenden todo.

Y huye. Huye de quien tenga tanta razón que nunca tenga nada. De aquellos que jamás dudan, porque estarán mintiendo. Huye de quien no crea que un Lunes tiene un callejón hacia el Nirvana. De todo aquel que no considere que no hay niños malcriados, sino adultos que malcrían. Y huye del hombre que no piense que quien aparta los ojos de la pobreza también se ha vuelto un cómplice al hacerlo. De quien te diga que la felicidad es un crucero con pulsera y no una muchacha con la risa floja y ojos hambrientos de infinitos. No te fies de quien defienda a esos corruptos, que cuando sobra agua se inventan un modo de vender la sed.

Y ama. Ama aunque nunca tengas suelto. Recuerda que no hay peor amor que el que no se da por miedo a que te dañen. Que ningún amor no correspondido puede matarte, salvo aquel que no sientes por ti mismo. Conviene no olvidar que uno y uno suman uno entero cuando de quien te enamoras es de ti. Que cuando te caigas, nadie te convenza que la solución está en democratizar el suelo para todos, sino en encontrar la escalera de subida hacia ti mismo y para eso tendrás que preguntar a las baldosas sobre el golpe.

Evita los consejos, cualesquiera que sean.

Que no pongan tu corazón al frente, y olvida también estos consejos… uno a uno, y sé feliz.